martes, 11 de julio de 2023

Mafias de la arena: el negocio ilegal más desconocido que devora ecosistemas por todo el mundo

 Este informe documental, autoría del Diario español El Confidencial, nos pone al día sobre los rasgos de del creciente tráfico ilegal de arena, uno de los más vastos y desconocidos, pues, en contadas ocasiones es cubierto por los medios de comunicación masivos tradicionales. Nuestra civilización moderna está construida, en buena medida de hormigón, un material que se compone en sus 2/3 partes de arena y grava. A manera de ejemplo, solo un kilómetro de carretera requiere unos 30.000 toneladas de arena. Constituye el segundo elemento más demandado del mundo, solo le supera el agua. Un 85% de los materiales sólidos  (unos 60.000  millones en total) que se extraen cada año es arena, muy por detrás, queda la demanda de metales, carbón, caliza, madera o el mismísimo petróleo. Desde luego, sin contar la extracción ilegal de arena que podría estimarse hasta en 100.000 millones de toneladas anuales. 

Vince Beiser, experto en este campo y autor del libro The world in a grain (2019) relata que las bandas criminales que operan en este mercado, han adoptado el modus operandi de las que ejercen el dominio en cualquier otro negicio ilícito, esto es, dispuestas a emplear todo tipo de violencia e intimidación. Por otra parte, debe dilucidarse que no todo tipo de arena es útil para fabricar hormigón de mediano o alto estándar de calidad. A guisa de ejemplo, la arena de los desiertos, está formada por granos de arena muy redondos y lisos, lo que no permite que se amalgamen bien. En contraste, los granos de la arena de los fondos de ríos, lagos o el mar son afilados e irregulares, idónea para amalgamarse con los otros elementos que forman el hormigón. Una evidencia de los anterior, es que el flamante edificio más alto del mundo, el burj khalifa de Dubai, se construyó con 330.000 toneladas  de hormigón, y la arena empleada fue importada de Australia.

El mercado de  la arena, seguirá aumentando, pues se calcula que para 2050, cerca del 66% de la población vivirá en un área urbana. Esta mayor demanda de arena se acentuará más en Asia, donde despuntan los dos países que concentran cerca del 35% de la población mundial, India y China. En línea con esto, Vince beiser explica que "la ciudad de Shanghai por sí sola construyó en los últimos 20 años más rascacielos que toda New York". China cuenta ya, con más de 100 ciudades con más de 1 millón de habitantes, lo que duplica el número que tienen Europa y EE.UU juntas (37 en Europa y 11 en EE.UU). 

La mina de arena más grande del mundo se encuentra en China, es el lago Poyang, de donde extraen anualmente un estimado de 236 millones de metros cúbicos, lo que sumado a la escasez de lluvias, está secando aceleredamente a este cuerpo de agua dulce. En India, el panorama es igual de alarmante, se calcula que alrededor del 70% de la comercialización de arena se hace sin ningún tipo de licencia y que está generando más de 2.000 millones de euros de renta al año. La pujante urbanización de Nueva Delhi ha provocado la sobreextracción de arena del cercano río Yamuna con repercusiones ambientales lamentables. 

La presencia de bandas criminales que comercializan arena sin ningún tipo de estándar profesional ni mucho menos licencias ambientales, no solo es común en India o china, sino que es una práctica extendida en el mundo en desarrollo, incluyendo Colombia. Por otro lado, se sabe que una parte de la arena que importa China (un estimado de 1000 millones de toneladas estaría adquiriendo en el exterior) proviene de la proscrita Corea del Norte, lo que suscita que arrecien las críticas sobre el comportamiento del gigante asiático. No obstante, el mayor importador de arena es Singapur, que no cesa de expandir el área urbana de su territorio portuario. Algunos analistas, creen que la extracción de arena dirigida a suplir la demanda de la mencionada Ciudad Estado, está correlacionada con la desaparición de 25 pequeñas islas de Indonesia (de donde eventualmente se extrajo). 

Por ultimo, Vince Beiser, no contempla solución a la vista, puesto que considera que lo que incentiva al tráfico ilegal de arena, no es más que nuestra irrefrenable Sociedad de Consumo: "estamos usando demasiada agua dulce, talando demasiados árboles, pescando demasiado en los océanos y descubrimos que nos estamos quedando sin arena...todos estos problemas no están separados, son síntomas del mismo ´problema: que estamos consumiendo demasiado...simplemente no es sostenible".

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