Por Jorge Burgos García*
26-09-08
*Docente de Ciencias Sociales. Especialista en Ciencia Política y Magister en Cooperación internacional al desarrollo
El pasado 14 de mayo se cumplieron 60 años de la creación oficial del Estado Israel en Palestina, tiempo en el que ha sido imposible construir un proceso de paz duradero entre los inmigrantes judíos y los habitantes palestinos de esta minúscula área geográfica del medio oriente. Las preguntas recurrentes del común de la gente que medianamente se informa por los medios televisivos de este conflicto han sido desde hace lustros:
¿Por qué no cesa la guerra? ¿Por qué los palestinos persisten en cometer ataques suicidas indiscriminados en contra del pueblo judío? ¿Por qué el ejército israelí se interna con cierta frecuencia en territorio palestino y destruye casas enteras de familias palestinas? ¿Fue Arafat un líder terrorista o un dedicado líder palestino que logró llamar la atención del mundo alrededor de la tragedia que padece el pueblo palestino? Y las más punzantes de todas: ¿quiénes iniciaron la guerra, los palestinos o los israelíes? ¿Tiene solución este conflicto? ¿Algún día volverá a reinar la paz en estas tierras?
La respuesta a cada uno de esos interrogantes exige mínimamente una mirada retrospectiva del conflicto armado que, sin duda, figura más en los medios masivos de comunicación a nivel mundial. En este orden de ideas, es necesario puntualizar 2 cosas. El análisis que se ofrece en este artículo, toma como punto de partida el siguiente juicio: el conflicto palestino-israelí solo podría empezar a destrabarse realmente, cuando se logre aminorar significativamente el poder de las posiciones radicales que ha lo largo del tiempo han primado en ambos bandos. No es posible ni será posible avanzar mientras ello no ocurra. En segunda instancia, quiero dejar claro, que mi interés en términos de prioridad, es exponer los hechos más significativos ocurridos antes de que se proclamara formalmente la creación del Estado de Israel en 1948, puesto que fue en ese periodo que se “forjaron” las tendencias extremistas-fundamentalistas que tienen trabado este conflicto.
De hecho, el grado de complejidad que ha alcanzado el conflicto, dada la radicalidad de las posturas tanto palestinas como israelíes, solo puede entenderse en toda su dimensión, a la luz del conocimiento de desafortunados incidentes que, de una u otra forma, prefiguraron el estado de cosas actual. Por tanto, es menester escudriñar los orígenes de esta confrontación.
1. ORIGEN MODERNO DEL CONFLICTO: DE LOS POGRONOS A LA RESOLUCIÓN 181 DE LA ONU
Está plenamente establecido que a fines del siglo XIX empezó a darse una paulatina migración de judíos a tierra palestina. Se cree que alrededor del año 1870 habitaban aproximadamente 24.000 judíos en Palestina (conocida esta población con el antiguo Yishuv). Entre 1880 y el final de la primera guerra mundial, se calcula que migraron provenientes de Europa cerca de 55.000 judíos, muchos de ellos huyendo de los pogromos1. Es decir, la población judía en tierra santa se triplicó en estos 40 años.
Inobjetablemente este crecimiento demográfico estuvo ligado
al surgimiento y difusión del movimiento Sionista moderno, encabezado por Teodoro Herzl, que lo autocalificó como la solución definitiva al “problema judío”. Solución que
implicaba obligatoriamente, la creación
de un Estado judío soberano que sirviera de hogar a todos los judíos del mundo;
y que esta legítima y urgente aspiración debía ser un asunto prioritario de
la política internacional2
Los ideales del movimiento sionista, ciertamente
van cobrar importancia en el contexto de la política internacional, en el decurso de la primera guerra mundial,
cuando se da la controvertida declaración Balfour3
en la que los británicos prometen a la comunidad judía luchar por la creación
futura de un Estado judío en Palestina.
Cuando efectivamente los ingleses asumen de manera formal el mandato británico
otorgado por la Sociedad de naciones, sobre la región sur de Siria (Palestina),
en 1920, las migraciones judías se incrementaron notablemente.
Justamente desde esta época, la década de los
veinte comienzan a configurarse las posiciones
radicales que no han posibilitado un avance real hacia la paz,
en tanto que los palestinos musulmanes en su gran mayoría, no estaban
dispuestos a tolerar más la inmigración creciente de judíos europeos. Su
respuesta ante este imparable proceso de colonización judía, fue el desarrollo
de ataques en contra de la integridad física de la población judía. Miren estas
cifras:
Tras el fin de la primera guerra mundial
hubo otras tres aliyot (migraciones
judías), gracias a las cuales en 1931 los judíos eran 172.000
(17% de la población) y en 1942 eran 485.000 (30%). Los
años de mayor inmigración fueron 1925 y 1933-1936,
periodo en el que muchos judíos europeos huyeron
del avance de los fascismos y de las
políticas antisemitas en Europa. En vísperas de la proclamación del Estado de
Israel hubo nuevas e importantes migraciones de judíos supervivientes del Holocausto. En 1948 el total de los judíos del
Yishuv sumaban 650.000 individuos4.
Paralelamente, en la medida en que se acrecentaban
estas migraciones, sucedían importantes rebeliones palestinas en los años 1920,
1922, 1929 y 19365.
En el origen de este espiral de odio árabe, jugó un papel protagónico el “Gran Muftí de Jerusalén” Amin al-Husayni, miembro de una de las familias prominentes de Jerusalén y
caracterizado por ser ultranacionalista y fundamentalista islámico, fue
quien promovió la formación de los primeros movimientos de lucha
popular que atacaron a los judíos y a los británicos con el objeto de
impedir el establecimiento de un Estado judío en el mandato británico de
Palestina.
La reacción armada de las comunidades
judías no se hizo esperar, crearon en 1920 la organización de autodefensa Haganah, que cobrará fuerza luego de 1929 a raíz de la terrible masacre de Hebrón, pues, desde
entonces asumió la forma primitiva de ejército que, en conjunto, con Irgún
(una nueva milicia judía creada en 1931 inspirada en las ideas de fundamentalista Vladimir javotinsky*) y las fuerzas armadas británicas encararon vigorosamente la
revuelta árabe de 19366,
a la que solo pudo ponérsele fin en 1939 luego de dejar como saldo mortal
aproximadamente 5000 palestinos, 500 judíos y unos 200 soldados británicos.
Sin embargo, el más preocupante de los
saldos arrojados por las revueltas de 1929 y 1936 fue la emergencia tanto
por el lado palestino como por el lado israelí de posturas ideológicas
irreconciliables, la negación extrema de las aspiraciones del otro,
la disposición inclaudicable a no efectuar ninguna clase de concesiones. En
resumen: Inflexibilidad de parte y parte. De hecho, la “atmósfera
intransigencia” que se fraguó en estos años previos a la creación oficial del
Estado de Israel, traducida del mundo de las ideas al mundo real,
significaba que ambos harían uso de todas las formas habidas y por haber de
violencia en función de hacer prevalecer sus aspiraciones.
Era tan caótica y fuera de control la
situación para el gobierno británico, que decidió publicar en 1939, el célebre Libro
blanco de McDonald7 que liquidaba en la
práctica, la Declaración Balfour y, por tanto, la posibilidad del
establecimiento de un Estado judío. Desde luego, esto causó airadísimas
reacciones en los principales líderes sionistas en Palestina que
acusaron a los británicos de traición. Pero del lado palestino también
hubo voces de rechazo,
por considerarlo insuficiente y con demasiadas concesiones a los judíos. Desde
entonces, y durante todo el transcurso de la segunda guerra mundial los
británicos debieron enfrentar además de la insurgencia árabe, la cada vez más
extendida y fortalecida red de insurgencia judía en Palestina, sobre todo desde
1944 dado que los ataques en contra de su ejército arreciaron hasta noviembre
de 1947, cuando la resolución 181 de
la ONU ordena la creación de 2 Estados en el antiguo mandato británico: uno
judío y uno musulmán...solución que terminó generando una -¿insospechada?-
cadena de conflictos
2.
DESARROLLO DEL CONFLICTO DURANTE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX: DE
LA GUERRA DE INDEPENDENCIA DE ISRAEL A LA SEGUNDA INTIFADA
Tomado de https://twitter.com/EduardoSaldania/status/1718730081235837409
Desde
la proclamación del Estado de Israel, al cual correspondía originalmente el 56%
del territorio, la guerra no ha cesado, mucho menos la ampliación del dominio
territorial israelí (hoy tiene cerca del 80% de las tierras), que erosiona aún
más las precarias condiciones en la que viven la mayor parte de los cerca de 3
millones de palestinos que habitan dentro del Estado de Israel. Ni hablar de la
crítica situación en la que quedaron los 700.000 palestinos que debieron
refugiarse al momento de la creación de la patria judía, en Estados
vecinos. La
guerra del 48, de la que resultaron vencedores los israelíes, a
pesar de que Palestina contó con el apoyo de tropas enviadas desde Irak,
Líbano, Siria, Jordania y Egipto, le posibilitó a la recién fundada nación judía
ampliar en 25% su territorio.
Más
adelante, en la reconocida Guerra de los 6 días
de 1967, triplicó su territorio, tras vencer a egipcios, sirios y jordanos
apoderándose de Gaza, Cisjordania, el Sinaí (Egipto) y los
altos del Golán (Siria). De paso, propició una nueva ola de refugiados
palestinos, calculada en unos 300.000 que debieron abandonar sus hogares.
Por si fuera poco, Israel se negó a cumplir la
resolución 242 del consejo de
seguridad de la ONU que le instaba a devolver inmediatamente los territorios
conquistados.
En
los años subsiguientes, la respuesta árabe a la actitud desafiante de Israel, fue por una parte, el
desarrollo de actividades
terroristas, obra de grupos radicales palestinos (entre los cuales
sobresale el secuestro y asesinatos de atletas israelíes durante las olimpiadas
de Munich 72) relacionados con la recién creada OLP
en 19648. Y por otra parte, el desarrollo
de un nuevo ataque por parte de Egipto y Siria en 1973, en lo que se conoce
como la guerra del Yom kipur, en la que una vez más, la superioridad militar
israelí quedó en evidencia. La novedad fue que esta oportunidad, el mundo
árabe unido a la causa -y bloque mayoritario en la OPEP- decidió
emplear el “petróleo como arma”, lo que condujo a una guerra económica,
consistente en embargar el petróleo de los países que ayudaron a Israel, al
tiempo que redujeron la oferta, con el objeto de alcanzar un repunte apreciable
de los precios. Su efecto fue la desestabilización de la economía
internacional, que obligó a los EEUU y la URSS a postular un acuerdo a través
de la ONU que puso fin a la crisis.
El
siguiente episodio relevante, fue la firma del tratado de paz entre Israel y
Egipto en 1978, conocido como los acuerdos de Camp
David, el cual le permitió a estos últimos recuperar la soberanía
del Sinaí, a costa de enardecer al resto de países árabes, empezando por
los palestinos, a tal punto que Yasser Arafat llegó a declarar que Anwar el Sadat, el gobernante
egipcio que firmó el acuerdo, era un traidor que merecía morir. Unos años más
tarde, su deseo se hizo realidad, cuando en 1981 un extremista egipcio lo
asesinó. Independiente de las secuelas, el acuerdo constituyó un hito, fue la
primera vez que un país árabe firmaba la paz con Israel.
Al
cabo de un tiempo, en 1982, las cosas
vuelven a intrincarse cuando Israel invade el Líbano con el pretexto de
“controlar” a los grupos terroristas protegidos por la OLP (que estableció en
este país su sede) luego de que se gestó un atentado en la embajada israelí de
Londres. Las tropas israelíes llegaron hasta las cercanías de Beirut. Gracias a
la intervención de EE.UU. y URSS se garantizó que los miembros de la OLP
pudieran evacuar el país. El retiro gradual de las tropas israelíes que
permanecieron en el sur, lo decidió unilateralmente Israel; el retiro total se
consumó en el año 2000.
En 1987, el conflicto entre palestino e israelíes
vuelve agravarse una vez más, cuando comienza la denominada primera
Intifada9, expresión de
las onerosas condiciones en las que habitan la mayor parte de los palestinos, y
que entre otras cosas, propició la creación de un nuevo grupo radical
palestino, el HAMAS.
“Hamas, (grupo de resistencia
islámica) el principal movimiento islámico en los territorios palestinos, fue
creado en los primeros días de la Intifada de 1987. La organización se opone a
los acuerdos de paz de Oslo y su objetivo en el corto plazo es el retiro
israelí de los territorios ocupados. Hamas no reconoce el derecho de Israel
a existir. Su objetivo a largo plazo es el establecimiento de un Estado
islámico en la tierra originalmente conocida como Palestina, la mayoría de la
cual está dentro de las fronteras de Israel desde su creación en 1948. La
organización está formada por un ala política y otra militar. En febrero y marzo de 1996 mató a casi 60
personas en una serie de ataques en autobuses. También fue responsabilizada
o se atribuyó diversos atentados suicidas en Jerusalén. En 2006 obtuvo una
arrolladora victoria electoral, que le permite compartir la dirección del
gobierno palestino.10
En 1988, se abre paso a una
nueva y esperanzadora etapa, el líder de la OLP, Yasser Arafat, a nombre del
consejo nacional palestino, decide
reconocer la existencia del Estado de Israel, a la vez que anuncia al mundo
la existencia de un gobierno palestino autónomo; En respuesta, representantes
de la contraparte, reconocen igualmente
la existencia de la OLP (esto
sólo se formaliza a través de una carta que en 1993 envía Arafat al primer
ministro de Israel Isaac Rabin, en la que ratifican su mutuo reconocimiento).
Con ello, se da la apertura de un proceso de paz, que se cristaliza ese mismo
año, 1993, luego de una serie de reuniones secretas en Noruega entre Isaac Rabín y Yasser Arafat. Al resultado de estas
negociaciones se le conoce como Los acuerdos de Oslo, en el que los avances más
significativos fueron el compromiso asumido por Israel de retirar de manera gradual
sus tropas de Gaza y Cisjordania, y la creación del autogobierno palestino –la AUTORIDAD NACIONAL PALESTINA (ANP)- en los citados territorios, que empezó a ejercer
funciones desde 1994. Sin embargo, tanto el
asesinato en noviembre de 1995 de Rabín, por parte de un extremista
judío, como la materialización de algunos atentados terroristas de magnitud,
entre 1994 y 1996 por parte de radicales palestinos en ciudades israelíes enlodaron
y estancaron el incipiente proceso de paz.
Finalmente,
con el ascenso al poder en 1999 de Ehud Barak, se establecieron nuevos
acercamientos con la ANP mediados por el presidente de EE.UU. Bill
Clinton durante el mes de julio de 2000, pero no llegaron a feliz término,
sobre todo después de que Barak declarara que Arafat era “un detractor de la
paz”, además reiteró la invariable postura judía de que “Jerusalén es su capital eterna e indivisible”. Por tanto,
no estaban dispuestos siquiera a discutir una posible soberanía palestina sobre
Jerusalén oriental.
Lo
que siguió a este intento fallido fue una “provocadora” visita de una de las
principales figuras del partido conservador judío Likud, Ariel Sharon a la explanada de las mezquitas
–monte del templo- en Jerusalén,
el 28 de septiembre de 2000. Fue el inicio de la segunda
intifada, que a diferencia de la primera se caracterizó por la
generalización del uso de bombas suicidas. Los blancos de estos ataques, fueron
lugares frecuentados por los civiles israelíes como centros comerciales y redes
de transporte publico. La reacción israelí también fue novedosa: pusieron en
práctica los asesinatos
extrajudiciales
contra dirigentes palestinos vinculados a actividades terroristas, o en su
defecto, familiares de los mismos e incluso civiles calificados de cómplices.
3.
EVOLUCIÓN DEL CONFLICTO EN LA PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO XXI
En 2003, con Ariel Sharon a la cabeza del gobierno israelí, se efectúa
la cumbre de paz sobre medio oriente, de la que surge una Hoja de ruta, que fundamentalmente
traza una serie de objetivos que deben cumplir tanto palestinos e israelíes a
fin de avanzar hacia un proceso confiable de paz. Miremos esta reseña que nos
ofrece al respecto la BBC en un artículo titulado Todo sobre la hoja de ruta:
¿Cuáles son las principales fases del plan?
Fase
1 (a mayo de 2003)
-Fin
de la violencia palestina.
-Reforma
política palestina.
-Retiro israelí de territorios ocupados desde
septiembre de 2000 y fin de la expansión de los asentamientos, incluso su
desarrollo natural.
-Elecciones
libres en territorios palestinos tras la redacción de una Constitución y el
fortalecimiento de las instituciones.
Fase
2 (junio-diciembre 2003)
-Creación de un estado palestino
con atributos soberanos y fronteras delimitadas.
-Conferencia internacional para
verificar el cumplimiento de la "hoja de ruta".
-Monitoreo internacional.
Fase
3 (2004-2005)
-Segunda conferencia
internacional.
-El futuro de Jerusalén se
discutirá al final.
-Acuerdo para el estatuto
permanente y el fin del conflicto.
-Acuerdo sobre fronteras finales.
-Negociación
sobre el futuro de Jerusalén y un acuerdo justo y realista sobre la cuestión de
los refugiados palestinos.
-Los estados árabes negocian y firman acuerdos de paz con Israel.11
Este documento fue elaborado por representantes de Estados Unidos, Unión Europea, Rusia y la ONU, al tiempo que Arafat, acusado de estar dirigiendo los atentados en contra de la población judía, quedaba “acorralado” por las fuerzas israelíes en Ramallah (Cisjordania), en lo que aquellos llamaron arresto domiciliario, desde fines de 2001 hasta comienzos de noviembre de 2004 cuando fue trasladado a un hospital de París donde una semana después moría.
La dirigencia israelí siempre alegó que el día que no estuviera Arafat, se generaría un ambiente verdaderamente favorable para la paz. Infortunadamente han transcurrido ya 4 años y ello no ha ocurrido…el plan de la hoja de ruta se ha quedado mayormente en el papel, el cumplimiento de lo ahí estipulado ha sido verdaderamente poco.
Y no se ha avanzado en un proceso de paz, por
razones obvias que la extrema derecha israelí se niega a ver. No quieren
admitir que el uso excesivo y frecuente del empleo de la fuerza en todo este
tiempo por parte del ejército israelí no ha puesto fin a la insurgencia
palestina, todo lo contrario, alimenta el odio en el ciudadano común
palestino; y ese odio es la fuente de
poder del fundamentalismo islámico que niega cualquier concesión
al pueblo judío y cuyas acciones de venganza ciega e irracional causan
inconmensurable daño a la población civil palestina, puesto que la respuesta
militar israelí es más que segura. De 2001 a 2005, más de 24.000
palestinos perdieron sus hogares como resultado de las demoliciones llevadas a
cabo por el ejército israelí, en nombre de operaciones destinadas a la captura
de terroristas o ejecución de asesinatos selectivos de los instigadores
de la violencia que –según- se hallan encubiertos por la población civil.
Aparte, producen efectos colaterales vergonzosos y violatorios de toda
norma de derecho internacional: decenas de niños, mujeres y civiles inocentes
terminan siendo “sacrificados”. Acciones que claro está, no hacen más que
inspirar desconfianza y rechazo en los palestinos.
De cualquier modo, estas atrocidades llevadas a cabo en los últimos años por Israel en suelo palestino, no hicieron más que conducir a los centenares de palestinos desesperados y adoctrinados a la opción menos conveniente para los intereses judíos y palestinos mismos: brindar apoyo al grupo radical HAMAS, que gracias a ello, ascendió al poder en 2006, complicando aún más el panorama político, en razón de que su tesis central sigue siendo la negación del Estado israelí13. (Precisamente por esto, Hamas desde su surgimiento en 1987, ha estado opuesto históricamente al FATAH, movimiento al que pertenecía Arafat y predominante dentro de la OLP que reconoció el derecho de Israel a existir).
Por su parte el sucesor de Arafat, actual presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas –otro líder histórico del FATAH- aboga por reiniciar el proceso de paz y critica duramente a la "resistencia" armada y los ataques contra civiles israelíes. Esto ha generado nuevos problemas; las desavenencias, entre Abbas y el entonces primer ministro Ismail Haniya –miembro del HAMAS- desencadenaron enfrentamientos armados entre las facciones armadas de FATAH y HAMAS, que por fortuna han amainado.
A mediados del año pasado, Abbas, máxima autoridad palestina, lo destituyó del cargo, colocando inteligentemente en su lugar a Salam Fayad, un hombre moderado y con muy buena reputación en Occidente, que aspira a que pueda crearse el Estado palestino con unas fronteras acorde a las existentes antes de la guerra de los 6 días.
En cuanto al tema central del presente artículo, es claro, a la luz de las distintas circunstancias descritas en el presente artículo, que mientras las posiciones radicales mantengan una cuota de poder importante no habrá posibilidades de paz. Antes que cualquier cosa, el haberse negado mutuamente por tanto tiempo, revela la rigidez de las posiciones históricas que han prevalecido tanto por el lado palestino como israelí.
Las evidencias saltan a la vista: sólo hasta 1993 se reconocieron oficialmente uno al otro. Por más de 40 años se negaron sistemáticamente. Una generación entera ha crecido alimentada por el resentimiento y el odio. Y conforme van las cosas, van camino de formar otra generación signada por el rencor y la intransigencia. Puesto de otra forma, el espíritu de los Al Husayni y Javotinsky aún mantiene vigencia. Desde luego, los tibios avances, presentados desde los acuerdos de Oslo, permiten mantener encendida la luz de la esperanza, la luz de que un tratado de paz definitivo pueda esté relativamente cerca de concretarse en tierra santa.
Ahora bien, si se asume una posición más realista –y no digo justa14- dada la forma enrevesada que tomó el conflicto, la evolución del mismo no parece ir rumbo a una solución definitiva, pues los problemas de fondo y urgentes de tratar, a duras penas se han abordado en las distintas cumbres de paz llevadas a cabo:
A.
Los asentamientos judíos en territorio palestino15
B. La falta de autoridad de la ONU, maniatada por Estados Unidos, lo cual ha imposibilitado adoptar mecanismos obligantes a través de los cuales Israel acceda a cumplir las resoluciones expedidas
C. Los refugiados palestinos16
D. La responsabilidad histórica de Europa, que diplomáticamente trata de “cargar”, asumiendo parte de los gastos de la ANP y proponiendo alternativas de paz al conflicto...diría que con el fin de limpiar un poco su conciencia17.
Así las cosas,
el camino que recorren palestinos e israelíes, a esta altura de la Historia
continúa marcado por la incertidumbre. Aun así, actualmente se horizontaliza un “sendero de optimismo”, dado
los últimos y de cierto modo, sorpresivos acontecimientos. En diciembre pasado en el marco de negociaciones de paz auspiciadas
por Estados Unidos, Israel liberó a 430 presos considerados combatientes
contra la ocupación extranjera. Abbas insiste en liberación de presos con
largas condenas, incluyendo mujeres y niños, entre ellos al populoso líder Marwan Barghouthi. Cabe señalar que el curso de estas nuevas negociaciones se ha visto entorpecido –una vez más- por disputas referidas principalmente a la
construcción de asentamientos judíos en y alrededor de Jerusalén, pues, los
palestinos insisten que no aceptarán ninguna clase de acuerdo que excluya a
Jerusalén oriental como la futura capital del Estado palestino.
El más reciente avance se dio el pasado
mes de julio cuando luego de varios meses Israel negoció con el grupo libanés Hezbolá,
el intercambio de los cadáveres de dos soldados israelíes por la excarcelación
de cinco milicianos, dentro de ellos Samir Kuntar, llamado el monstruo de Nahariya quien
llevaba preso 29 años y estaba condenado a cadena perpetua, así como la entrega
de doscientos cadáveres de palestinos y militantes de dicho grupo18.
A manera de conclusión, se advierte que las posibilidades de paz en el corto y mediano plazo son reducidas. Y lo son, porque las semillas de odio y radicalismo que se sembraron desde fines de la primera guerra mundial, al compás de la creciente llegada de colonos judíos a palestina, no han hecho más que germinar y multiplicarse. Pasó mucho tiempo –más de 40 años- para que, asumieran una posición relativamente flexible; en ese largo periodo, creció una generación entera de palestinos e israelíes que mantiene en términos generales, sus reservas en torno a si es justificable otorgar concesiones a su contraparte. A lo que hay que agregar, las facciones radicales que aún tienen mucha ascendencia en sus respectivos pueblos (por citar un par de casos: el partido conservador likud del lado israelí y el HAMAS del lado palestino). Precisamente por ello, el proceso se mantiene trabado. Una última y reciente prueba de ello, es lo que produjo este elocuente punto de vista:
"Sin embargo, lo que era esencial, y por tanto justificado en los días anteriores a la fundación del Estado, está convirtiéndose en una ocupación desagradable, violenta y colonial. El régimen autoritario en los territorios ocupados, la creación de dos sistemas legales, la dedicación del Ejército y la policía al servicio del movimiento de los colonos, el robo de tierras palestinas. Todo ello simboliza no el cumplimiento del sionismo sino su sepultura. Es entre Hebrón y Yitzhar donde los asentamientos están enterrando el Estado judío democrático... La derecha al completo y la mayoría de la izquierda tienen la responsabilidad por la creación gradual del desastre en que la sociedad israelí está revolcándose "19.
Esas palabras expresadas el mes pasado, por el escritor y profesor judío de origen polaco Zeev Sternhell, combatiente en la guerra de los 6 días, del Yom Kippur y en la invasión de Israel al Líbano en 1982, le costaron ayer 25 de septiembre, una herida en la pierna, luego de que extremistas judíos efectuaran un atentado en su contra, por considerar su posición una ignominia.
En fin, que Dios encuentre, tanto a palestinos como
israelíes con sus oraciones terminadas, a efecto de que puedan conjurar una nueva
ira divina, del tipo que
describió Moisés en la Torá, porque me temo que la sangre seguirá corriendo en
tierra santa por largo tiempo.
1 Palabra de origen ruso, que traduce linchamiento o paliza pública
a un grupo de personas por parte de una multitud que aparte de esto, los
despoja de sus pertenencias. Esta cruenta práctica que se hizo común en la Rusia de finales del siglo XIX y
extensiva durante la primera mitad del siglo XX a otros países de Europa como Polonia, Alemania Ucrania y Rumania en
contra de los pobladores judíos por distintos motivos, propició la masiva
partida de los judíos hacia otros continentes. Al menos un millón y medio de judíos huyeron entre 1870 y
1920, teniendo como destino principal los Estados Unidos. Como bien
dice el filósofo judío Gustavo Perednik en su libro España descarrilada:
Los judíos fueron acusados por los nacionalistas de ser generadores del comunismo; por los comunistas de
regir el capitalismo. Si viven en países no judíos, son acusados de dobles
lealtades; si viven en el país judío, de ser racistas. Cuando gastan su dinero,
se les reprocha ser ostentosos; cuando no lo gastan, de ser avaros. Son
tildados de cosmopolitas sin raíces o de chauvinistas empedernidos. Si se
asimilan al medio, se les acusa de quintacolumnistas, si no, de recluirse en sí
mismos. Más allá de estas consideraciones, lo
significativo, es que estas brutales acciones despertaron la conciencia de
muchos judíos de esta época, transformándose en activistas políticos, parte de
ellos incluso, se hicieron integrantes de partidos comunistas rusos, mientras
que otros optaron por promover lo que se va a conocer como Sionismo.
2 Hay que destacar que
Herzl es considerado el padre del Sionismo Moderno; este periodista nacido en
lo que hoy es Hungría, publicó en 1896
en Viena, el libro que se va a convertir en referente obligatorio para la causa
judía El
Estado judío: ensayo de una solución moderna de la cuestión judía. A lo largo de su corta vida (1860-1904) desplegó una
intensa actividad diplomática en las cancillerías europeas buscando apoyo.
Incluso llegó al extremo de intentar persuadir a los turcos otomanos de la
necesidad de crear un Estado judío en Palestina a cambio de apoyo financiero.
Su legado más importante, junto al texto mencionado, fue la organización de los
primeros congresos sionistas.
3 El
contenido esencial de esta misiva enviada el 2 de noviembre de 1917, por el
ministro de relaciones exteriores británico Arthur Balfour al banquero judío Lionel Walter Rothschild fue el
siguiente:
Estimado Lord Rothschild
Tengo el placer de dirigirle, en nombre del Gobierno de Su Majestad, la
siguiente declaración de simpatía hacia las aspiraciones de los judíos sionistas,
que ha sido sometida al Gabinete y aprobada por él.
«El Gobierno de Su Majestad contempla favorablemente el establecimiento en
Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y hará uso de sus mejores
esfuerzos para facilitar la realización de este objetivo, quedando bien
entendido que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y
religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina ni los derechos
y el estatuto político de que gocen los judíos en cualquier otro país.» Le
quedaré agradecido si pudiera poner esta declaración en conocimiento de la
federación sionista
4 Tomado de es.wikipedia.org/wiki/Yishuv
5 Lo acaecido en 1929 se conoce como la Masacre
de Hebrón, y fue alentada por los fundamentalistas Aref
el Aref y Amin al-Husayni. En especial el primero, que pronunció
un discurso incendiario en agosto de aquel año en Hebrón, en el que expresó que
los judíos habían incendiado la mezquita de Al-Aqsa, evidenciándolo con una
foto falsa, y que además planeaban construir una sinagoga cerca del Muro de
los Lamentos. Llenos de odio, muchos palestinos se lanzaron a las calles de
Jerusalén, Hebrón y otras zonas, a atacar con ferocidad a los judíos que
respondieron de igual modo, aupados por las fuerzas británicas. La principal
secuela de esta nueva estela de violencia sectaria, fue el fin de la presencia
judía en Hebrón y generó de cierta manera, un punto de inflexión en las
relaciones futuras entre judíos y palestinos, lo cual se vio
nítidamente plasmado en la revuelta árabe de los años 1936 y subsiguientes.
* La
ideología de Javotinsky, fundador del llamado sionismo revisionista,
se resume en esta declaración suya: "todo judío tiene derecho a entrar a Eretz Israel; sólo activas represalias
disuadirán a los árabes y a los británicos, sólo una fuerza armada judía
garantizará un Estado judío”(declaración
tomada de Howard Sachar La historia del Estado de Israel, Pág.
265-266)
6 Tal
revuelta estuvo originada por la reiterada protesta
de los pobladores a la incesante inmigración de judíos, sumado a la exigencia -eludida
por los ingleses- de convocar unas
elecciones inmediatas que permitieran la conformación de un gobierno
democrático, que entrara a dirimir los conflictos suscitados en todo este
tiempo.
7
El Libro Blanco, presentado por el ministro de
colonias Joe
McDonald se ocupaba de tres cuestiones fundamentales: a) Sobre el
futuro político del Mandato: el Gobierno británico asociaría gradualmente a
árabes y judíos al gobierno con la intención de que en diez años pudiesen
establecer un Estado independiente de Palestina en proporción a su población de
1949. (sección I) b) Sobre la inmigración: la inmigración judía hacia Palestina quedaría limitada a un máximo
global de 75.000 personas en los siguientes cinco años y con el previo
consentimiento árabe, de modo que los judíos nunca superen un tercio de la
población total. (sección
II) c) Sobre las tierras: se prohibiría la compra de nuevas tierras a
los judíos quedaría muy restringida en el 95% del territorio. (sección III)
8 La organización para la liberación de
Palestina (OLP) es una coalición de
movimientos políticos, sociales e insurgentes que declaró desde su fundación
que su objetivo fundamental era la destrucción del Estado de Israel mediante
la lucha armada, así como el retorno de los refugiados palestinos y la
autodeterminación de los árabes palestinos. Postura inicial que sólo
flexibilizaron a fines de los ochenta, cuando su líder histórico, Yasser Arafat
decidió reconocer la existencia del Estado de Israel.
9 El término significa literalmente levantamiento popular.
La primera de ellas, comenzó el 8 de
diciembre de 1987, cuando un camión del ejército israelí embistió a 4
obreros palestinos causándole la muerte, situación que caldeó los ánimos de la
población de Gaza y Cisjordania. La intifada como tal, estuvo caracterizada,
por la desobediencia civil palestina, y su oposición a la presencia de tropas
israelíes en sus territorios; disminuyó su grado de violencia en 1991, pero en
verdad, sólo culminó con la firma de los acuerdos de Oslo en 1993. Se calcula
que murieron cerca de 1200 palestinos y 2000 israelíes.
10 Tomado de news.bbc.co.uk/hi/spanish/news/newsid
11 Tomado de
news.bbc.co.uk/hi/spanish/news/newsid_2962000/2962108.stm
12 Pinchas Avivi, director adjunto del ministerio de
relaciones exteriores de Israel en entrevista concedida a la revista Semana,
publicada en la edición de noviembre 6 de 2000
13 Cabe aclarar que, a pesar de todo, algunos dirigentes
del HAMAS, han flexibilizado su posición, y hablan de reanudar un proceso de
paz con Israel siempre y cuando sus tropas se retiren totalmente de Gaza y
Cisjordania. Haniya quien fungió como primer ministro hasta julio de
2007, representa esta línea moderada
14 Porque si nos remontáramos a lo que relatan los textos
sagrados, los judíos no tendrían lugar en esta tierra, pues como bien cuenta el
antiguo testamento, ellos fueron históricamente invasores. Han estado
disputando un territorio que, en su origen mismo, no les perteneció. Para una
mayor ampliación de esto, consúltese Génesis 15, 18; éxodo 33, 2; números 33,
51-53.
15 Tímidamente se han dado ciertos avances. En 2005 el gobierno de Sharon ordenó la retirada de los 21 asentamientos
instalados en Gaza en tanto que en Cisjordania apenas 4 de ellos. A pesar
de ser reconfortante la medida, Israel se
reservó el derecho a efectuar operaciones antiterrirstas, además de seguir
controlando las fronteras, teniendo el poder de decisión en torno a lo que
entra o sale –incluyendo personas- de ese territorio. Aparte, la población
israelí habitante en tierras palestinas está calculado en un número superior a
los 300.000 y poseedores de cerca del 40% de Cisjordania
16 Según fuentes de la ONU: existen entre siete
y ocho millones de palestinos que viven en zonas de Palestina administradas
por la Autoridad Palestina o están refugiados en tierras cercanas. Cerca de
la mitad de los palestinos son refugiados y viven bajo la tutela del Organismo
de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de
Palestina en el Cercano Oriente (OOPS o UNRWA). Estos refugiados palestinos
viven en la Franja de Gaza, la Ribera Occidental y Jerusalén Oriental. También
se encuentran en Jordania, Siria, y el Líbano. Asimismo, más de un millón de
refugiados viven todavía en campamentos establecidos para ellos desde hace más
de cincuenta años en dicha zona. El OOPS atiende las necesidades de más de 3.9
millones de refugiados de Palestina.
(Tomado de www.cinu.org.mx/temas/palestina/refugiados.htm)
17 Hace poco, en diciembre de 2005, en un discurso
televisado, el presidente iraní Ahmadineyad “recordó” esa responsabilidad en
los siguientes términos: Si ustedes
quemaron a los judíos, ¿por qué no le dan un pedazo de Europa, los Estados
Unidos, Canadá o Alaska a Israel? Nuestra pregunta es, si ustedes cometieron el
crimen, ¿por qué una nación inocente como Palestina tiene que pagar por ese
crimen? (tomado de es.wikipedia.org/wiki/Ahmadineyad)
18Los 2 soldados
israelíes a los que se hace referencia son los mismos
que en julio de 2006 fueron tomados como rehenes por Hezbolá como estrategia de
presión para lograr un ‘intercambio de combatientes’, hecho que desató
sangrientos combates en el sur del Líbano entre el ejército israelí y
milicianos del mencionado grupo terrorista.
Más de mil personas murieron, la mayoría civiles libaneses pero también
ciudadanos israelitas, víctimas de ataques con misiles lanzados desde
territorio libanés. Sin embargo, muchos han criticado al primer ministro Ehud Olmert de
que el intercambio fuera demasiado tarde, que hubiera sido preferible dos años
atrás, cuando todavía estaban vivos los soldados, evitando de ese modo, el sacrificio
de más civiles inocentes.
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