lunes, 30 de octubre de 2023

Israel: ¿Un conflicto sin fin?


Por Jorge Burgos García*

26-09-08

*Docente de Ciencias Sociales. Especialista en Ciencia Política y Magister en Cooperación internacional al desarrollo

El pasado 14 de mayo se cumplieron 60 años de la creación oficial del Estado Israel en Palestina, tiempo en el que ha sido imposible construir un proceso de paz duradero entre los inmigrantes judíos y los habitantes palestinos de esta minúscula área geográfica del medio oriente. Las preguntas recurrentes del común de la gente que medianamente se informa por los medios televisivos de este conflicto han sido desde hace lustros:

¿Por qué no cesa la guerra? ¿Por qué los palestinos persisten en cometer ataques suicidas indiscriminados en contra del pueblo judío? ¿Por qué el ejército israelí se interna con cierta frecuencia en territorio palestino y destruye casas enteras de familias palestinas?   ¿Fue Arafat un líder terrorista o un dedicado líder palestino que logró llamar la atención del mundo alrededor de la tragedia que padece el pueblo palestino? Y las más punzantes de todas: ¿quiénes iniciaron la guerra, los palestinos o los israelíes? ¿Tiene solución este conflicto? ¿Algún día volverá a reinar la paz en estas tierras?

La respuesta a cada uno de esos interrogantes exige mínimamente una mirada retrospectiva del conflicto armado que, sin duda, figura más en los medios masivos de comunicación a nivel mundial. En este orden de ideas, es necesario puntualizar 2 cosas. El análisis que se ofrece en este artículo, toma como punto de partida el siguiente juicio: el conflicto palestino-israelí solo podría empezar a destrabarse realmente, cuando se logre aminorar significativamente el poder de las posiciones radicales que ha lo largo del tiempo han primado en ambos bandos. No es posible ni será posible avanzar mientras ello no ocurra. En segunda instancia, quiero dejar claro, que mi interés en términos de prioridad, es exponer los hechos más significativos ocurridos antes de que se proclamara formalmente la creación del Estado de Israel en 1948, puesto que fue en ese periodo que se “forjaron” las tendencias extremistas-fundamentalistas que tienen trabado este conflicto.

De hecho, el grado de complejidad que ha alcanzado el conflicto, dada la radicalidad de las posturas tanto palestinas como israelíes, solo puede entenderse en toda su dimensión, a la luz del conocimiento de desafortunados incidentes que, de una u otra forma, prefiguraron el estado de cosas actual. Por tanto, es menester escudriñar los orígenes de esta confrontación.

1.       ORIGEN MODERNO DEL CONFLICTO: DE LOS POGRONOS A LA RESOLUCIÓN 181 DE LA ONU

Está plenamente establecido que a fines del siglo XIX empezó a darse una paulatina migración de judíos a tierra palestina. Se cree que alrededor del año 1870 habitaban aproximadamente 24.000 judíos en Palestina (conocida esta población con el antiguo Yishuv). Entre 1880 y el final de la primera guerra mundial, se calcula que migraron provenientes de Europa cerca de 55.000 judíos, muchos de ellos huyendo de los pogromos1. Es decir, la población judía en tierra santa se triplicó en estos 40 años.

Inobjetablemente este crecimiento demográfico estuvo ligado al surgimiento y difusión del movimiento Sionista moderno, encabezado por Teodoro Herzl, que lo autocalificó como la solución definitiva al “problema judío”. Solución que implicaba obligatoriamente, la  creación de un Estado judío soberano que sirviera de hogar a todos los judíos del mundo; y que esta legítima y urgente aspiración debía ser un asunto prioritario de la  política internacional2

Los ideales del movimiento sionista, ciertamente van cobrar importancia en el contexto de la política internacional,  en el decurso de la primera guerra mundial, cuando se da la controvertida declaración Balfour3 en la que los británicos prometen a la comunidad judía luchar por la creación futura de  un Estado judío en Palestina. Cuando efectivamente los ingleses asumen de manera formal el mandato británico otorgado por la Sociedad de naciones, sobre la región sur de Siria (Palestina), en 1920, las migraciones judías se incrementaron notablemente.

Justamente desde esta época, la década de los veinte comienzan a configurarse las posiciones radicales que no han posibilitado un avance real hacia la paz, en tanto que los palestinos musulmanes en su gran mayoría, no estaban dispuestos a tolerar más la inmigración creciente de judíos europeos. Su respuesta ante este imparable proceso de colonización judía, fue el desarrollo de ataques en contra de la integridad física de la población judía. Miren estas cifras:

Tras el fin de la primera guerra mundial hubo otras tres aliyot (migraciones judías), gracias a las cuales en 1931 los judíos eran 172.000 (17% de la población) y en 1942 eran 485.000 (30%). Los años de mayor inmigración fueron 1925 y 1933-1936, periodo en el que muchos judíos europeos huyeron del avance de los fascismos y de las políticas antisemitas en Europa. En vísperas de la proclamación del Estado de Israel hubo nuevas e importantes migraciones de judíos supervivientes del Holocausto. En 1948 el total de los judíos del Yishuv sumaban 650.000 individuos4.

Paralelamente, en la medida en que se acrecentaban estas migraciones, sucedían importantes rebeliones palestinas en los años 1920, 1922, 1929 y 19365. En el origen de este espiral de odio árabe, jugó un papel protagónico el “Gran Muftí de Jerusalén” Amin al-Husayni, miembro de una de las familias prominentes de Jerusalén y caracterizado por ser ultranacionalista y fundamentalista islámico, fue quien promovió la formación de los primeros movimientos de lucha popular que atacaron a los judíos y a los británicos con el objeto de impedir el establecimiento de un Estado judío en el mandato británico de Palestina.

La reacción armada de las comunidades judías no se hizo esperar, crearon en 1920 la organización de autodefensa Haganah, que cobrará fuerza luego de 1929 a raíz de la terrible masacre de Hebrón, pues, desde entonces asumió la forma primitiva de ejército que, en conjunto, con Irgún (una nueva milicia judía creada en 1931 inspirada en las ideas de  fundamentalista Vladimir javotinsky*) y las fuerzas armadas británicas encararon vigorosamente la revuelta árabe de 19366, a la que solo pudo ponérsele fin en 1939 luego de dejar como saldo mortal aproximadamente 5000 palestinos, 500 judíos y unos 200 soldados británicos.

Sin embargo, el más preocupante de los saldos arrojados por las revueltas de 1929 y 1936 fue la emergencia tanto por el lado palestino como por el lado israelí de posturas ideológicas irreconciliables, la negación extrema de las aspiraciones del otro, la disposición inclaudicable a no efectuar ninguna clase de concesiones. En resumen: Inflexibilidad de parte y parte. De hecho, la “atmósfera intransigencia” que se fraguó en estos años previos a la creación oficial del Estado de Israel, traducida del mundo de las ideas al mundo real, significaba que ambos harían uso de todas las formas habidas y por haber de violencia en función de hacer prevalecer sus aspiraciones.

Era tan caótica y fuera de control la situación para el gobierno británico, que decidió publicar en 1939, el célebre Libro blanco de McDonald7 que liquidaba en la práctica, la Declaración Balfour y, por tanto, la posibilidad del establecimiento de un Estado judío. Desde luego, esto causó airadísimas reacciones en los principales líderes sionistas en Palestina que acusaron a los británicos de traición. Pero del lado palestino también hubo voces de rechazo, por considerarlo insuficiente y con demasiadas concesiones a los judíos. Desde entonces, y durante todo el transcurso de la segunda guerra mundial los británicos debieron enfrentar además de la insurgencia árabe, la cada vez más extendida y fortalecida red de insurgencia judía en Palestina, sobre todo desde 1944 dado que los ataques en contra de su ejército arreciaron hasta noviembre de 1947, cuando  la resolución 181 de la ONU ordena la creación de 2 Estados en el antiguo mandato británico: uno judío y uno musulmán...solución que terminó generando una -¿insospechada?- cadena de conflictos

2.       DESARROLLO DEL CONFLICTO DURANTE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX: DE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA DE ISRAEL A LA SEGUNDA INTIFADA

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Tomado de https://twitter.com/EduardoSaldania/status/1718730081235837409

Desde la proclamación del Estado de Israel, al cual correspondía originalmente el 56% del territorio, la guerra no ha cesado, mucho menos la ampliación del dominio territorial israelí (hoy tiene cerca del 80% de las tierras), que erosiona aún más las precarias condiciones en la que viven la mayor parte de los cerca de 3 millones de palestinos que habitan dentro del Estado de Israel. Ni hablar de la crítica situación en la que quedaron los 700.000 palestinos que debieron refugiarse al momento de la creación de la patria judía, en Estados vecinos. La guerra del 48, de la que resultaron vencedores los israelíes, a pesar de que Palestina contó con el apoyo de tropas enviadas desde Irak, Líbano, Siria, Jordania y Egipto, le posibilitó a la recién fundada nación judía ampliar en 25% su territorio.

Más adelante, en la reconocida Guerra de los 6 días de 1967, triplicó su territorio, tras vencer a egipcios, sirios y jordanos apoderándose de Gaza, Cisjordania, el Sinaí (Egipto) y los altos del Golán (Siria). De paso, propició una nueva ola de refugiados palestinos, calculada en unos 300.000 que debieron abandonar sus hogares. Por si fuera poco, Israel se negó a cumplir la resolución 242 del consejo de seguridad de la ONU que le instaba a devolver inmediatamente los territorios conquistados.

En los años subsiguientes, la respuesta árabe a la actitud  desafiante de Israel, fue por una parte, el desarrollo de actividades terroristas, obra de grupos radicales palestinos (entre los cuales sobresale el secuestro y asesinatos de atletas israelíes durante las olimpiadas de Munich 72) relacionados con la recién creada OLP en 19648. Y por otra parte, el desarrollo de un nuevo ataque por parte de Egipto y Siria en 1973, en lo que se conoce como la guerra del Yom kipur, en la que una vez más, la superioridad militar israelí quedó en evidencia. La novedad fue que esta oportunidad, el mundo árabe unido a la causa -y bloque mayoritario en la OPEP-  decidió emplear el “petróleo como arma”, lo que condujo a una guerra económica, consistente en embargar el petróleo de los países que ayudaron a Israel, al tiempo que redujeron la oferta, con el objeto de alcanzar un repunte apreciable de los precios. Su efecto fue la desestabilización de la economía internacional, que obligó a los EEUU y la URSS a postular un acuerdo a través de la ONU que puso fin a la crisis.

El siguiente episodio relevante, fue la firma del tratado de paz entre Israel y Egipto en 1978, conocido como los acuerdos de Camp David, el cual le permitió a estos últimos recuperar la soberanía del Sinaí, a costa de enardecer al resto de países árabes, empezando por los palestinos, a tal punto que Yasser Arafat llegó a declarar que Anwar el Sadat, el gobernante egipcio que firmó el acuerdo, era un traidor que merecía morir. Unos años más tarde, su deseo se hizo realidad, cuando en 1981 un extremista egipcio lo asesinó. Independiente de las secuelas, el acuerdo constituyó un hito, fue la primera vez que un país árabe firmaba la paz con Israel.

Al cabo de un tiempo, en 1982, las cosas vuelven a intrincarse cuando Israel invade el Líbano con el pretexto de “controlar” a los grupos terroristas protegidos por la OLP (que estableció en este país su sede) luego de que se gestó un atentado en la embajada israelí de Londres. Las tropas israelíes llegaron hasta las cercanías de Beirut. Gracias a la intervención de EE.UU. y URSS se garantizó que los miembros de la OLP pudieran evacuar el país. El retiro gradual de las tropas israelíes que permanecieron en el sur, lo decidió unilateralmente Israel; el retiro total se consumó en el año 2000.

En 1987, el conflicto entre palestino e israelíes vuelve agravarse una vez más, cuando comienza la denominada primera Intifada9, expresión de las onerosas condiciones en las que habitan la mayor parte de los palestinos, y que entre otras cosas, propició la creación de un nuevo grupo radical palestino, el HAMAS.

“Hamas, (grupo de resistencia islámica) el principal movimiento islámico en los territorios palestinos, fue creado en los primeros días de la Intifada de 1987. La organización se opone a los acuerdos de paz de Oslo y su objetivo en el corto plazo es el retiro israelí de los territorios ocupados. Hamas no reconoce el derecho de Israel a existir. Su objetivo a largo plazo es el establecimiento de un Estado islámico en la tierra originalmente conocida como Palestina, la mayoría de la cual está dentro de las fronteras de Israel desde su creación en 1948. La organización está formada por un ala política y otra militar. En febrero y marzo de 1996 mató a casi 60 personas en una serie de ataques en autobuses. También fue responsabilizada o se atribuyó diversos atentados suicidas en Jerusalén. En 2006 obtuvo una arrolladora victoria electoral, que le permite compartir la dirección del gobierno palestino.10

En 1988, se abre paso a una nueva y esperanzadora etapa, el líder de la OLP, Yasser Arafat, a nombre del consejo nacional palestino, decide reconocer la existencia del Estado de Israel, a la vez que anuncia al mundo la existencia de un gobierno palestino autónomo; En respuesta, representantes de la contraparte, reconocen igualmente la existencia de la OLP (esto sólo se formaliza a través de una carta que en 1993 envía Arafat al primer ministro de Israel Isaac Rabin, en la que ratifican su mutuo reconocimiento). Con ello, se da la apertura de un proceso de paz, que se cristaliza ese mismo año, 1993, luego de una serie de reuniones secretas en Noruega entre Isaac Rabín y Yasser Arafat. Al resultado de estas negociaciones se le conoce como Los acuerdos de Oslo, en el que los avances más significativos fueron el compromiso asumido por Israel de retirar de manera gradual sus tropas de Gaza y Cisjordania, y la creación del autogobierno palestino –la AUTORIDAD NACIONAL PALESTINA (ANP)- en los citados territorios, que empezó a ejercer funciones desde 1994. Sin embargo, tanto el asesinato en noviembre de 1995 de Rabín, por parte de un extremista judío, como la materialización de algunos atentados terroristas de magnitud, entre 1994 y 1996 por parte de radicales palestinos en ciudades israelíes enlodaron y estancaron el incipiente proceso de paz.

Finalmente, con el ascenso al poder en 1999 de Ehud Barak, se establecieron nuevos acercamientos con la ANP mediados por el presidente de EE.UU. Bill Clinton durante el mes de julio de 2000, pero no llegaron a feliz término, sobre todo después de que Barak declarara que Arafat era “un detractor de la paz”, además reiteró la invariable postura judía de que “Jerusalén es su capital eterna e indivisible”. Por tanto, no estaban dispuestos siquiera a discutir una posible soberanía palestina sobre Jerusalén oriental.

Lo que siguió a este intento fallido fue una “provocadora” visita de una de las principales figuras del partido conservador judío Likud, Ariel Sharon a la explanada de las mezquitas –monte del templo-  en Jerusalén, el 28 de septiembre de 2000. Fue el inicio de la segunda intifada, que a diferencia de la primera se caracterizó por la generalización del uso de bombas suicidas. Los blancos de estos ataques, fueron lugares frecuentados por los civiles israelíes como centros comerciales y redes de transporte publico. La reacción israelí también fue novedosa: pusieron en práctica los asesinatos extrajudiciales contra dirigentes palestinos vinculados a actividades terroristas, o en su defecto, familiares de los mismos e incluso civiles calificados de cómplices.

3.       EVOLUCIÓN DEL CONFLICTO EN LA PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO XXI

En 2003, con Ariel Sharon a la cabeza del gobierno israelí, se efectúa la cumbre de paz sobre medio oriente, de la que surge una Hoja de ruta, que fundamentalmente traza una serie de objetivos que deben cumplir tanto palestinos e israelíes a fin de avanzar hacia un proceso confiable de paz. Miremos esta reseña que nos ofrece al respecto la BBC en un artículo titulado Todo sobre la hoja de ruta:

¿Cuáles son las principales fases del plan?

Fase 1 (a mayo de 2003)

-Fin de la violencia palestina.

-Reforma política palestina.

 -Retiro israelí de territorios ocupados desde septiembre de 2000 y fin de la expansión de los asentamientos, incluso su desarrollo natural.

-Elecciones libres en territorios palestinos tras la redacción de una Constitución y el fortalecimiento de las instituciones.

Fase 2 (junio-diciembre 2003)

-Creación de un estado palestino con atributos soberanos y fronteras delimitadas.

-Conferencia internacional para verificar el cumplimiento de la "hoja de ruta".

-Monitoreo internacional.

Fase 3 (2004-2005)

-Segunda conferencia internacional.

-El futuro de Jerusalén se discutirá al final.

-Acuerdo para el estatuto permanente y el fin del conflicto.

-Acuerdo sobre fronteras finales.

-Negociación sobre el futuro de Jerusalén y un acuerdo justo y realista sobre la cuestión de los refugiados palestinos.

-Los estados árabes negocian y firman acuerdos de paz con Israel.11

Este documento fue elaborado por representantes de Estados Unidos, Unión Europea, Rusia y la ONU, al tiempo que Arafat, acusado de estar dirigiendo los atentados en contra de la población judía, quedaba “acorralado” por las fuerzas israelíes en Ramallah (Cisjordania), en lo que aquellos llamaron arresto domiciliario, desde fines de 2001 hasta comienzos de noviembre de 2004 cuando fue trasladado a un hospital de París donde una semana después moría.

La dirigencia israelí siempre alegó que el día que no estuviera Arafat, se generaría un ambiente verdaderamente favorable para la paz. Infortunadamente han transcurrido ya 4 años y ello no ha ocurrido…el plan de la hoja de ruta se ha quedado mayormente en el papel, el cumplimiento de lo ahí estipulado ha sido verdaderamente poco.

Y no se ha avanzado en un proceso de paz, por razones obvias que la extrema derecha israelí se niega a ver. No quieren admitir que el uso excesivo y frecuente del empleo de la fuerza en todo este tiempo por parte del ejército israelí no ha puesto fin a la insurgencia palestina, todo lo contrario, alimenta el odio en el ciudadano común palestino; y ese odio es la fuente de poder del fundamentalismo islámico que niega cualquier concesión al pueblo judío y cuyas acciones de venganza ciega e irracional causan inconmensurable daño a la población civil palestina, puesto que la respuesta militar israelí es más que segura. De 2001 a 2005, más de 24.000 palestinos perdieron sus hogares como resultado de las demoliciones llevadas a cabo por el ejército israelí, en nombre de operaciones destinadas a la captura de terroristas o ejecución de asesinatos selectivos de los instigadores de la violencia que –según- se hallan encubiertos por la población civil. Aparte, producen efectos colaterales vergonzosos y violatorios de toda norma de derecho internacional: decenas de niños, mujeres y civiles inocentes terminan siendo “sacrificados”. Acciones que claro está, no hacen más que inspirar desconfianza y rechazo en los palestinos.

 Al respecto, los israelíes se justifican argumentando cosas como esta: Se enseña a los niños de 10 u 8 años a odiar. Y nosotros hemos visto cómo los líderes religiosos en las mezquitas dicen que hay que matar a cada judío. Entonces nosotros decimos: ¿usted quiere que partamos terreno? Dejen de enseñar a odiar y dejen de arriesgar de una manera cínica la vida de los niños pequeños. Hay que crear mecanismos para crear confianza, y la confianza está destruida...Nosotros no somos responsables porque los niños estén en la línea de fuego y siempre que hemos atacado con misiles advertimos antes para que la gente evacue y no haya víctimas12

De cualquier modo, estas atrocidades llevadas a cabo en los últimos años por Israel en suelo palestino, no hicieron más que conducir a los centenares de palestinos desesperados y adoctrinados a la opción menos conveniente para los intereses judíos y palestinos mismos: brindar apoyo al grupo radical HAMAS, que gracias a ello, ascendió al poder en 2006, complicando aún más el panorama político, en razón de que su tesis central sigue siendo la negación del Estado israelí13. (Precisamente por esto, Hamas desde su surgimiento en 1987, ha estado opuesto históricamente al FATAH, movimiento al que pertenecía Arafat y predominante dentro de la OLP que reconoció el derecho de Israel a existir).

Por su parte el sucesor de Arafat, actual presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas –otro líder histórico del FATAH- aboga por reiniciar el proceso de paz y critica duramente a la "resistencia" armada y los ataques contra civiles israelíes. Esto ha generado nuevos problemas; las desavenencias, entre Abbas y el entonces primer ministro Ismail Haniya –miembro del HAMAS- desencadenaron enfrentamientos armados entre las facciones armadas de FATAH y HAMAS, que por fortuna han amainado.

A mediados del año pasado, Abbas, máxima autoridad palestina, lo destituyó del cargo, colocando inteligentemente en su lugar a Salam Fayad, un hombre moderado y con muy buena reputación en Occidente, que aspira a que pueda crearse el Estado palestino con unas fronteras acorde a las existentes antes de la guerra de los 6 días.

En cuanto al tema central del presente artículo, es claro, a la luz de las distintas circunstancias descritas en el presente artículo, que mientras las posiciones radicales mantengan una cuota de poder importante no habrá posibilidades de paz. Antes que cualquier cosa, el haberse negado mutuamente por tanto tiempo, revela la rigidez de las posiciones históricas que han prevalecido tanto por el lado palestino como israelí.

Las evidencias saltan a la vista: sólo hasta 1993 se reconocieron oficialmente uno al otro. Por más de 40 años se negaron sistemáticamente. Una generación entera ha crecido alimentada por el resentimiento y el odio. Y conforme van las cosas, van camino de formar otra generación signada por el rencor y la intransigencia. Puesto de otra forma, el espíritu de los Al Husayni y Javotinsky aún mantiene vigencia. Desde luego, los tibios avances, presentados desde los acuerdos de Oslo, permiten mantener encendida la luz de la esperanza, la luz de que un tratado de paz definitivo pueda esté relativamente cerca de concretarse en tierra santa.

Ahora bien, si se asume una posición más realista  –y no digo justa14- dada la forma enrevesada que tomó el conflicto, la evolución del mismo no parece ir rumbo a una solución definitiva, pues los problemas de fondo y urgentes de tratar, a duras penas se han abordado en las distintas cumbres de paz llevadas a cabo:

A.      Los asentamientos judíos en territorio palestino15

 

B.      La falta de autoridad de la ONU, maniatada por Estados Unidos, lo cual ha imposibilitado adoptar mecanismos obligantes a través de los cuales Israel acceda a cumplir las resoluciones expedidas

C.      Los refugiados palestinos16

D.      La responsabilidad histórica de Europa, que diplomáticamente trata de “cargar”, asumiendo parte de los gastos de la ANP y proponiendo alternativas de paz al conflicto...diría que con el fin de limpiar un poco su conciencia17.  

Así las cosas, el camino que recorren palestinos e israelíes, a esta altura de la Historia continúa marcado por la incertidumbre. Aun así, actualmente se horizontaliza un “sendero de optimismo”, dado los últimos y de cierto modo, sorpresivos acontecimientos. En diciembre pasado en el marco de negociaciones de paz auspiciadas por Estados Unidos, Israel liberó a 430 presos considerados combatientes contra la ocupación extranjera. Abbas insiste en liberación de presos con largas condenas, incluyendo mujeres y niños, entre ellos al populoso líder Marwan Barghouthi. Cabe señalar que el curso de estas nuevas negociaciones se ha visto entorpecido –una vez más-  por disputas referidas principalmente a la construcción de asentamientos judíos en y alrededor de Jerusalén, pues, los palestinos insisten que no aceptarán ninguna clase de acuerdo que excluya a Jerusalén oriental como la futura capital del Estado palestino.

El más reciente avance se dio el pasado mes de julio cuando luego de varios meses Israel negoció con el grupo libanés Hezbolá, el intercambio de los cadáveres de dos soldados israelíes por la excarcelación de cinco milicianos, dentro de ellos Samir Kuntar,  llamado el monstruo de Nahariya quien llevaba preso 29 años y estaba condenado a cadena perpetua, así como la entrega de doscientos cadáveres de palestinos y militantes de dicho grupo18.

A manera de conclusión, se advierte que las posibilidades de paz en el corto y mediano plazo son reducidas. Y lo son, porque las semillas de odio y radicalismo que se sembraron desde fines de la primera guerra mundial, al compás de la creciente llegada de colonos judíos a palestina, no han hecho más que germinar y multiplicarse. Pasó mucho tiempo –más de 40 años-  para que, asumieran una posición relativamente flexible; en ese largo periodo, creció una generación entera de palestinos e israelíes que mantiene en términos generales, sus reservas en torno a si es justificable otorgar concesiones a su contraparte. A lo que hay que agregar, las facciones radicales que aún tienen mucha ascendencia en sus respectivos pueblos (por citar un par de casos: el partido conservador likud del lado israelí y el HAMAS del lado palestino). Precisamente por ello, el proceso se mantiene trabado. Una última y reciente prueba de ello, es lo que produjo este elocuente punto de vista:

"Sin embargo, lo que era esencial, y por tanto justificado en los días anteriores a la fundación del Estado, está convirtiéndose en una ocupación desagradable, violenta y colonial. El régimen autoritario en los territorios ocupados, la creación de dos sistemas legales, la dedicación del Ejército y la policía al servicio del movimiento de los colonos, el robo de tierras palestinas. Todo ello simboliza no el cumplimiento del sionismo sino su sepultura. Es entre Hebrón y Yitzhar donde los asentamientos están enterrando el Estado judío democrático... La derecha al completo y la mayoría de la izquierda tienen la responsabilidad por la creación gradual del desastre en que la sociedad israelí está revolcándose "19.

Esas palabras expresadas el mes pasado, por el escritor y profesor judío de origen polaco Zeev Sternhell, combatiente en la guerra de los 6 días, del Yom Kippur y en la invasión de Israel al Líbano en 1982, le costaron ayer 25 de septiembre, una herida en la pierna, luego de que extremistas judíos efectuaran un atentado en su contra, por considerar su posición una ignominia.

En fin, que Dios encuentre, tanto a palestinos como israelíes con sus oraciones terminadas, a efecto de que puedan conjurar una nueva ira divina, del tipo que describió Moisés en la Torá, porque me temo que la sangre seguirá corriendo en tierra santa por largo tiempo.



1 Palabra de origen ruso, que traduce linchamiento o paliza pública a un grupo de personas por parte de una multitud que aparte de esto, los despoja de sus pertenencias. Esta cruenta práctica que se hizo común en la Rusia de finales del siglo XIX y extensiva durante la primera mitad del siglo XX a otros países de Europa como Polonia, Alemania Ucrania y Rumania en contra de los pobladores judíos por distintos motivos, propició la masiva partida de los judíos hacia otros continentes. Al menos un millón y medio de judíos huyeron entre 1870 y 1920, teniendo como destino principal los Estados Unidos. Como bien dice el filósofo judío Gustavo Perednik en su libro España descarrilada: Los judíos fueron acusados por los nacionalistas de ser generadores del comunismo; por los comunistas de regir el capitalismo. Si viven en países no judíos, son acusados de dobles lealtades; si viven en el país judío, de ser racistas. Cuando gastan su dinero, se les reprocha ser ostentosos; cuando no lo gastan, de ser avaros. Son tildados de cosmopolitas sin raíces o de chauvinistas empedernidos. Si se asimilan al medio, se les acusa de quintacolumnistas, si no, de recluirse en sí mismos. Más allá de estas consideraciones, lo significativo, es que estas brutales acciones despertaron la conciencia de muchos judíos de esta época, transformándose en activistas políticos, parte de ellos incluso, se hicieron integrantes de partidos comunistas rusos, mientras que otros optaron por promover lo que se va a conocer como Sionismo. 

2 Hay que destacar que Herzl es considerado el padre del Sionismo Moderno; este periodista nacido en lo que hoy es Hungría, publicó en 1896 en Viena, el libro que se va a convertir en referente obligatorio para la causa judía El Estado judío: ensayo de una solución moderna de la cuestión judía. A lo largo de su corta vida (1860-1904) desplegó una intensa actividad diplomática en las cancillerías europeas buscando apoyo. Incluso llegó al extremo de intentar persuadir a los turcos otomanos de la necesidad de crear un Estado judío en Palestina a cambio de apoyo financiero. Su legado más importante, junto al texto mencionado, fue la organización de los primeros congresos sionistas.

3 El contenido esencial de esta misiva enviada el 2 de noviembre de 1917, por el ministro de relaciones exteriores británico Arthur Balfour al banquero judío Lionel Walter Rothschild fue el siguiente:

Estimado Lord Rothschild

Tengo el placer de dirigirle, en nombre del Gobierno de Su Majestad, la siguiente declaración de simpatía hacia las aspiraciones de los judíos sionistas, que ha sido sometida al Gabinete y aprobada por él.
«El Gobierno de Su Majestad contempla favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y hará uso de sus mejores esfuerzos para facilitar la realización de este objetivo, quedando bien entendido que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina ni los derechos y el estatuto político de que gocen los judíos en cualquier otro país.» Le quedaré agradecido si pudiera poner esta declaración en conocimiento de la federación sionista

4 Tomado de es.wikipedia.org/wiki/Yishuv

5 Lo acaecido en 1929 se conoce como la Masacre de Hebrón, y fue alentada por los fundamentalistas Aref el Aref y Amin al-Husayni. En especial el primero, que pronunció un discurso incendiario en agosto de aquel año en Hebrón, en el que expresó que los judíos habían incendiado la mezquita de Al-Aqsa, evidenciándolo con una foto falsa, y que además planeaban construir una sinagoga cerca del Muro de los Lamentos. Llenos de odio, muchos palestinos se lanzaron a las calles de Jerusalén, Hebrón y otras zonas, a atacar con ferocidad a los judíos que respondieron de igual modo, aupados por las fuerzas británicas. La principal secuela de esta nueva estela de violencia sectaria, fue el fin de la presencia judía en Hebrón y generó de cierta manera, un punto de inflexión en las relaciones futuras entre judíos y palestinos, lo cual se vio nítidamente plasmado en la revuelta árabe de los años 1936 y subsiguientes.

* La ideología de Javotinsky, fundador del llamado sionismo revisionista, se resume en esta declaración suya: "todo judío tiene derecho a entrar a Eretz Israel; sólo activas represalias disuadirán a los árabes y a los británicos, sólo una fuerza armada judía garantizará un Estado judío”(declaración tomada de Howard Sachar La historia del Estado de Israel, Pág. 265-266)

 

6 Tal revuelta estuvo originada por la reiterada protesta de los pobladores a la incesante inmigración de judíos, sumado a la exigencia -eludida por los ingleses-  de convocar unas elecciones inmediatas que permitieran la conformación de un gobierno democrático, que entrara a dirimir los conflictos suscitados en todo este tiempo. 

7 El Libro Blanco, presentado por el ministro de colonias Joe McDonald se ocupaba de tres cuestiones fundamentales: a) Sobre el futuro político del Mandato: el Gobierno británico asociaría gradualmente a árabes y judíos al gobierno con la intención de que en diez años pudiesen establecer un Estado independiente de Palestina en proporción a su población de 1949. (sección I) b) Sobre la inmigración: la inmigración judía hacia Palestina quedaría limitada a un máximo global de 75.000 personas en los siguientes cinco años y con el previo consentimiento árabe, de modo que los judíos nunca superen un tercio de la población total. (sección II) c) Sobre las tierras: se prohibiría la compra de nuevas tierras a los judíos quedaría muy restringida en el 95% del territorio. (sección III)

 

 

 

8 La organización para la liberación de Palestina (OLP) es una coalición de movimientos políticos, sociales e insurgentes que declaró desde su fundación que su objetivo fundamental era la destrucción del Estado de Israel mediante la lucha armada, así como el retorno de los refugiados palestinos y la autodeterminación de los árabes palestinos. Postura inicial que sólo flexibilizaron a fines de los ochenta, cuando su líder histórico, Yasser Arafat decidió reconocer la existencia del Estado de Israel.

9 El término significa literalmente levantamiento popular. La primera de ellas, comenzó el 8 de diciembre de 1987, cuando un camión del ejército israelí embistió a 4 obreros palestinos causándole la muerte, situación que caldeó los ánimos de la población de Gaza y Cisjordania. La intifada como tal, estuvo caracterizada, por la desobediencia civil palestina, y su oposición a la presencia de tropas israelíes en sus territorios; disminuyó su grado de violencia en 1991, pero en verdad, sólo culminó con la firma de los acuerdos de Oslo en 1993. Se calcula que murieron cerca de 1200 palestinos y 2000 israelíes.

10 Tomado de news.bbc.co.uk/hi/spanish/news/newsid

11 Tomado de news.bbc.co.uk/hi/spanish/news/newsid_2962000/2962108.stm

12 Pinchas Avivi, director adjunto del ministerio de relaciones exteriores de Israel en entrevista concedida a la revista Semana, publicada en la edición de noviembre 6 de 2000

13 Cabe aclarar que, a pesar de todo, algunos dirigentes del HAMAS, han flexibilizado su posición, y hablan de reanudar un proceso de paz con Israel siempre y cuando sus tropas se retiren totalmente de Gaza y Cisjordania. Haniya quien fungió como primer ministro hasta julio de 2007, representa esta línea moderada

14 Porque si nos remontáramos a lo que relatan los textos sagrados, los judíos no tendrían lugar en esta tierra, pues como bien cuenta el antiguo testamento, ellos fueron históricamente invasores. Han estado disputando un territorio que, en su origen mismo, no les perteneció. Para una mayor ampliación de esto, consúltese Génesis 15, 18; éxodo 33, 2; números 33, 51-53.

 

15 Tímidamente se han dado ciertos avances. En 2005 el gobierno de Sharon ordenó la retirada de los 21 asentamientos instalados en Gaza en tanto que en Cisjordania apenas 4 de ellos. A pesar de ser reconfortante la medida, Israel se reservó el derecho a efectuar operaciones antiterrirstas, además de seguir controlando las fronteras, teniendo el poder de decisión en torno a lo que entra o sale –incluyendo personas- de ese territorio. Aparte, la población israelí habitante en tierras palestinas está calculado en un número superior a los 300.000 y poseedores de cerca del 40% de Cisjordania

 

16 Según fuentes de la ONU: existen entre siete y ocho millones de palestinos que viven en zonas de Palestina administradas por la Autoridad Palestina o están refugiados en tierras cercanas. Cerca de la mitad de los palestinos son refugiados y viven bajo la tutela del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (OOPS o UNRWA). Estos refugiados palestinos viven en la Franja de Gaza, la Ribera Occidental y Jerusalén Oriental. También se encuentran en Jordania, Siria, y el Líbano. Asimismo, más de un millón de refugiados viven todavía en campamentos establecidos para ellos desde hace más de cincuenta años en dicha zona. El OOPS atiende las necesidades de más de 3.9 millones de refugiados de Palestina. (Tomado de www.cinu.org.mx/temas/palestina/refugiados.htm)

 

17 Hace poco, en diciembre de 2005, en un discurso televisado, el presidente iraní Ahmadineyad “recordó” esa responsabilidad en los siguientes términos: Si ustedes quemaron a los judíos, ¿por qué no le dan un pedazo de Europa, los Estados Unidos, Canadá o Alaska a Israel? Nuestra pregunta es, si ustedes cometieron el crimen, ¿por qué una nación inocente como Palestina tiene que pagar por ese crimen? (tomado de es.wikipedia.org/wiki/Ahmadineyad)

18Los 2 soldados israelíes a los que se hace referencia son los mismos que en julio de 2006 fueron tomados como rehenes por Hezbolá como estrategia de presión para lograr un ‘intercambio de combatientes’, hecho que desató sangrientos combates en el sur del Líbano entre el ejército israelí y milicianos del mencionado grupo terrorista.
Más de mil personas murieron, la mayoría civiles libaneses pero también ciudadanos israelitas, víctimas de ataques con misiles lanzados desde territorio libanés. Sin embargo, muchos han criticado al primer ministro
Ehud Olmert de que el intercambio fuera demasiado tarde, que hubiera sido preferible dos años atrás, cuando todavía estaban vivos los soldados, evitando de ese modo, el sacrificio de más civiles inocentes.

 

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